CAZADORES DE MONSTRUOS Cap-2 La Guarida

Cazadores de Monstruos

Capitulo 2: La Guarida

Una fogata en campo abierto

El lugar se hallaba completamente vacio, recorrió despacio el sitio mientras sostenía una ballesta antigua en sus manos. El calor era insoportable, después de mirar dentro de la lujosa mansión sin encontrar nada, se decidió a revisar las viviendas de los trabajadores. Algo no andaba bien. Mesas puestas para el desayuno… refrigeradores repletos de alimentos … ropa en los closets. Contabilizo por medio de las habitaciones y las fotos familiares halladas en el sitio que al menos unos treinta peones, junto a sus familias vivían en el lugar. Su nariz empezó a realizar aquel movimiento constante de husmear el aire, una ráfaga de viento trajo el aroma que él parecía buscar, subió a su destartalado jeep, internándose en el desierto. Allí, casi dos kilómetros de la hacienda, un montículo de cenizas se deshacía mientras era azotado por ráfagas de aire caliente. Cuando el hombre se acercó, debió cubrir su rostro con el pañuelo. Sí, era olor a cabello quemado, sonrió, lo de siempre pensó: los malditos pueden consumir hasta los huesos de sus victimas, a excepción del cabello… lo regurgitan. Esos minotauros tenían un estómago delicado. Lo que no calzaba de ninguna manera era la cantidad de residuos dejada por el monstruo … la evidencia en el lugar llevaba hacia demasiadas preguntas sin respuestas .Sabia acerca de ellos ; durante un largo tiempo estuvo cerca de encontrarles, eran famosos, una princesa vampiro junto a un minotauro, no eran una pareja real cualquiera. Tampoco enemigos acérrimos, pero si por casualidad la misma presa se hallaba en su camino, pelearían como tales. Diferentes gustos los caracterizaban, un minotauro consumía a su víctima entero, carne, huesos, sangre. Los vampiros solo apreciaban la sangre. Esta vez había algo particularmente extraño en su investigación… había perdido la huella de estos amantes… ningún cadáver, ningún residuo, era como si se los hubiera tragado la tierra o hubiesen decidido no cazar más… pero por lo visto quebraron su abstinencia de manera frenética. Reviso el cúmulo de cenizas, en el fondo algunos cabellos no se habían quemado, eran humanos… junto a restos de piel de algún animal grande… quizás los corrales…

De nuevo subió al auto. Tomo un poco de agua embotellada. Seco el sudor que resbalaba por su frente. Tomo el camino a la estancia mientras trataba de ordenar los hechos recabados. Cerca de la casona había alguien, al parecer una joven… quizás una sobreviviente, tendría suerte si lo era. Detuvo el auto cerca de la entrada a las viviendas de los trabajadores, la joven se dirigía hacia esa dirección, cuando la logro alcanzar, ella estaba dentro de la casa del administrador. Cuando Hunt se acerco, la joven le miro con desconfianza:

Quien es usted, qué hace en este sitio? Esto es una propiedad privada.

Lo se, dijo el hombrecillo, pero he venido a entregar unos envíos a esta dirección y no logro encontrar a nadie…

Ni lo encontrará, dijo ella de manera triste, he venido del pueblo, nadie sabe qué ha sucedido con los pobladores del Olvido. Realmente estoy preocupada. Mi nombre es Samantha, pero prefiero que me digan Sam, viaje por unos días a Silver, de vacaciones, donde unos familiares. Hace una semana trato de contactarme con mi familia… mis padres, mi hermano mayor. Fui a poner la denuncia, hoy vendrá la policía a investigar. Hay algo en este lugar señor, dijo mientras miraba a Hunt; encontré los ahorros de mi padre en la gaveta de su escritorio… no hubiera desaparecido sin su dinero. Dónde iría? En verdad esto no me gusta… murmuraba reparando apenas en la presencia del cazador. Nunca me gusto este sitio, siempre ha tenido un extraño olor… dijo mientras hacia un mohín de disgusto con su nariz.

El hombre volvió su mirada hacia la chica. Un rostro de preocupación y disgusto se reflejo en él. Su suerte iba de mal en peor. Rogo por que aquella joven se refiriera al olor de los alimentos descompuestos sobre el desayunador.

Si, creo que se debe a los restos sobre la mesa.

No me refiero a eso, dijo la chica, sabe, desde que esa familia contrato a mi padre, no me sentí a gusto en este sitio. Pero papá insistía en que el sueldo era muy bueno… nunca me gustaron, aquella señorona, pálida, siempre con sus cuellos altos o bufandas extravagantes. El señor Montero me parecía un pequeño y salvaje nerdenthal, pero me molestaba sobremanera su hijo, pedante hijo de …

Un hijo, repitió Hunt mientras interrumpía a la joven.

Sí, tenía la edad de mi hermano… Bruno y él eran amigos… mi hermano se molestaba sobremanera cuando le decía que nunca confiara en aquel tipo…Y ese olor… se impregnaba en mi nariz por horas… el niño rico era quien más lo expelía…

A qué olor te refieres? Algunas colonias costosas, contienen residuos de amizcle según he oído, quizás es de lo que hablas.

Ella rio por un momento. Quizás tenga razón .Disculpe, creo que debemos salir de aquí, la policía pronto aparecerá, me advirtieron sobre perdida de indicios o algo así.

Hunt la siguió, respiro con desánimo. Hace mucho tiempo que no se encontraba con una rastreadora novel, confiaba en que estaba vez fuera solo una sospecha. La chica tendría alrededor de unos dieciséis años, pero aquel aire desconfiado y repleto de cuestionamientos en la chica no le era indiferente. Recordó sus años de adiestramiento; su maestro Lin no era el ideal para ningún aprendiz. Severo, malhumorado; Hunt se prometió a si mismo que cuando llegase su turno de enseñar las artes de un buen rastreador, él sería diferente. Ahora, al pensar en la responsabilidad de un pupilo casi entendió la forma de ser de aquel maese.

Trato de no pensar en eso, salió tras la adolescente de andar despreocupado ante él; su apariencia era un tanto machorra; sus largos pasos contrastaban con aquellas delgadas piernas cubiertas por un bermuda hasta la rodilla, una camiseta con el logo de LIBRE mostraba apenas unos pechos incipientes, su melena negra en rizos apenas recogidos con una liga, eran el marco adecuado para aquellos labios color coral y unos ojos maravillosamente castaños. Una nariz pequeña daba terminaba por enmarcar aquel rostro hermoso. Era apenas una niña. Tendría mucho que aprender para sobrevivir en aquel oscuro mundo de los rastreadores. El sol del mediodía pareció perder su poder ante un viento fuerte que golpeaba los rostros de Hunt y la jovenzuela.

Ella se devolvió con una mirada de repugnancia en su rostro:

Por Dios qué olor a cabello quemado… qué diablos sucede aquí? Pregunto mirando al desierto.

Hunt suspiro con fuerza. Lo sabía, era una de ellos!

Pregunto a la chica si sus familiares le recibirían por algún tiempo, mientras se esclarecía lo referente a la desaparición de sus padres. Ella hizo un mohín de disgusto.

Crees que mi vida solo seguirá? Hablamos de mis padres y mi único hermano. Esos malditos tienen un olor peculiar, no podrían perderse en una muchedumbre para mi… mi padre me había hablado de un lugar cerca de las montañas de la Gran Serpiente; ellos tienen un refugio para cazar allí, aunque en verdad no logro entender qué cazaban , mi padre dice que es el lugar más desolado del mundo. Incluso tienen unas especies de mazmorras, conto que cuando el sr. Montero lo descubrió recorriendo ese lugar estuvo a punto de despedirle, hasta que la zombie de su mujer intervino…Los ojos de la chica se nublaron de lágrimas: Se los advertí, pero ellos querían ahorrar lo suficiente para poder pagarnos la universidad, Braulio es muy inteligente, ellos soñaban con otra vida para nosotros… el llanto hizo que su pequeño cuerpo convulsionara en espasmos de dolor tratando de no quebrarse. Hunt la tomo en sus brazos: vamos, tienes razón, los buscaremos hasta encontrarlos… yo te ayudare. Le dijo mientras la consolaba.

Tú, no digas, un mensajero… por qué me ayudarías? No creas que el ser joven me hace boba, mi madre me advirtió sobre hombres como tú… dijo mientras lo empujaba, alejándose de él con desconfianza.

El cazador rio con una risa cristalina: vaya pequeña, en verdad eres una montaraz. Quiero mostrarte algo, dijo mientras se levantaba la desgastada camisa hasta sus bíceps, un circulo con dos líneas horizontales y una corona de muérdago alrededor. Has visto algo parecido.

Ella miro con detenimiento. Su hombro mostraba un tatuaje similar. Se lo dijo al rastreador.

Sabes que ese símbolo pertenece a los antiguos druidas, significa eternidad… Cuando decidiste tatuarte?

Tatuarme? Naci con esa marca apenas visible; pero al cumplir los doce años tuve un extraño sueño, varias figuras con capuchas me rodeaban en un bosque, una de ellas tomo una rama de árbol, dibujando algo en mi hombro, solo pude notar cómo se movía aquella varita, mientras delineaba una figura; un dolor como si algo quemara mi piel me acompaño durante todo ese tiempo; al despertar mire mi hombro en el espejo y allí estaba ese tatuaje. Mis padres no creyeron mi historia. Estuve castigada por algunas semanas ; e incluso debí aceptar que me practicaran pruebas de drogas… creyeron que… bueno tú sabes, que me había convertido en una adolescente conflictiva, aquel consabido estereotipo del tatuaje… y el adolescente rebelde , fuera de control…

Hunt la miro con afecto… sabía de lo que hablaba. Le pareció recordar como en su aldea debió enfrentar las miradas acusadoras de los pobladores cuando su cabello rubio tomo aquella tonalidad casi naranja. Desde ese día se convirtió en un bloody cap ( gorro sangriento) para aquel grupo de aldeanos escoceses. Incluso su padre termino por repudiarle. Una mañana triste, dos meses después de cumplir sus doce años, debió partir por consejo de su madre. Todavía, recordaba con infinito amor el morral que preparo ella con algunas ropas, dos monedas de plata y unas hogazas de pan que coloco en sus manos, junto a sendos besos que repartió en su rostro y su cabeza.

Será mejor que te marches de aquí! Eres un cazador , al igual que tu ancestro Irwin Hunt; llevas su sangre, no te avergüences nunca! Serás el mejor, ese es tu destino. Toma, es un trozo de runa, consérvala, te protegerá, ve a Noria, Irwin le hablaba a tu abuelo de los maestros que tenían su hogar cerca del bosque. Que los dioses te acompañen !

El ruido de unos pajarracos le alerto, sacándole de sus recuerdos.

Mira dijo Sam; los corrales están vacios… todo es tan irreal, esos toros valían mucho dinero… deseo pensar que quizás unos cuatreros al intentar robarlos encontraron resistencia por parte del hacendado y los trabajadores por lo que…

Se llevaron a todos, incluso los niños, las mascotas… pero no tocaron dinero ni enseres…

De acuerdo, mi teoría apesta; quiero guardar una pequeña esperanza si no te importa!

Hunt miro a la joven, ignoraba cuál decisión sería la mejor, si entrenarla o enviarla con sus familiares, donde nunca tendría oportunidad de convertirse en una de ellos. No tenía tiempo para pensarlo, opto por la elección más fácil, la enviaría de nuevo a Silver. Monto en su jeep, mientras la chica le seguía cual si fuese un perrito faldero. Cuando intento subirse al asiento del copiloto, el cazador puso el seguro en la portezuela del auto. La chica comenzó a golpear el vidrio.

Ey, al menos déjame en la ciudad, de allí tomare un transporte a Gran Serpiente! El hombre arrancó el auto mientras la miraba por el espejo del retrovisor furiosa haciendo gestos obscenos con su mano. Trato de no darle más largas al asunto. La chica estaría mejor con su familia… al menos hasta que se encontrara con uno de estos seres bestiales; si detectaban que se trataba de una novel rastreadora la eliminarían al instante. Piso el freno con rabia; de manera brusca devolvió marcha atrás hasta donde se hallaba Sam; abrió la portezuela mientras le decía:

Sube, pero si te conviertes en una molestia, te dejare abandonada en el primer sitio en el que me detenga a llenar el tanque de combustible .

La joven dio las gracias tímidamente. Hunt era un hueso duro de roer. El camino fue largo hasta la ciudad, dos autos patrulla se dirigían al rancho Olvido. Ella les dio fin hasta que las nubes de polvo impidieron verlos. Giro su cabeza lentamente mientras decía a Hunt:

Tengo un horrible pálpito… sé que nunca los encontraran.

El cazador le miro mientras le decía:

Si no es asi, al menos debemos saber qué sucedió. No te preocupes.

El viaje siguió sin contratiempos. Antes de que el auto llegara a la ciudad, se detuvo. Hunt comenzó a bajar unas bolsas de dormir , junto a unos viejos trastes de cocina.

Por qué nos detenemos preguntó Sam.

No me gusta la ciudad, dormiremos en este sitio, mañana seguiremos el viaje.

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